Quiero un «Amo a Laura»

Sí, efectivamente, desde que hace ya cuatro años el tema de “Amo a Laura” recorrió la red como un reguero de pólvora para avanzar lo que después se descubriría como una campaña de la MTV, no había ni un solo briefing del cliente o de los responsables de cuentas que no incluyera la frase “quiero algo como lo de Amo a Laura”.

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Desde esto ya ha llovido, y hemos podido ver campañas virales realmente buenas e impactantes. Pero hay algo que debemos parar a pensar, ¿una campaña viral? ¿con qué objetivo? ¿simplemente para que hablen de nosotros o con un objetivo de venta? ¿se ha convertido el marketing viral en una moda o realmente es efectivo?

Lo primero que debemos entender es que la viralidad de estas acciones parte de la voluntariedad del usuario, que decide libremente reenviar ese e-mail o link a sus contactos generando así toda una cascada de comunicaciones… y es precisamente esa voluntariedad lo que lo hace espontáneo.

Ésa es la base de un viral que merezca la pena: que sea espontáneo y que en muchos casos no se advierta ningún mensaje comercial. Se trata de cosas divertidas, extrañas o curiosas que te apetece compartir con tus contactos sin ánimo evidente de querer venderte nada.

Pero incluso las acciones de marketing viral ya están “pasadas de moda”. Las fórmulas de comunicación cambian cada día, los nuevos formatos ya son viejos y ahí está uno de los grandes retos de las agencias de cara a sus clientes y, sobre todo, de cara a los clientes finales, es decir, de cara al consumidor que es precisamente el que decide lo que merece o no merece la pena compartir y por supuesto lo que merece o no merece la pena consumir.

La empresa debe adaptarse a los nuevos tiempos y los tiempos avanzan a un ritmo muy acelerado. Los mensajes pasan delante de nosotros cada día de una forma diferente y cada vez más novedosa, por la propia saturación de los medios.

Sólo la empresa y los profesionales que sepan anticiparse a esas nuevas fórmulas de comunicación, integrando especialmente al cliente, lograrán el éxito. Si es verdad que la publicidad convencional existirá siempre, también lo es que los presupuestos y el interés de los anunciantes están centrados ya en la llamada comunicación 360º, basada sobre todo en los medios interactivos.

Por eso, es importante que todos, clientes y agencias, creativos y estrategas, cambiemos nuestros parámetros de pensamiento para salir del flyer, el complet, la página de prensa, la cuña de radio, el spot, la pieza de exterior, el mailing, el e-mailing, el banner, la web, o la guerrilla…

Todo está cambiando. ¿Hacia dónde? Eso es lo que debemos descubrir para que el cliente te compre y no tengas que ir a venderle.


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